[MÚSICA] [MÚSICA] Otro aspecto importante dentro de las estrategias de intervención para la gestión del riesgo, es considerar el sistema polÃtico en todos los niveles territoriales. El tema de la organización, adopción, aplicación de los marcos normativos y la ejecución de medidas para satisfacer las demandas de la sociedad, constituyen un factor determinanate en la gestión del riesgo. Sobre todo al considerar toda acción de intervención como polÃtica pública que contribuye a asegurar una población a través de las estrategias de prevención que reduzcan o eliminen los riesgos de desastres. La gobernanza implica. La gobernanza es un tema amplio y puede mirarse desde diversas perspectivas. Desde lo institucional y su correlación con lo comunitario o el sistema social. La gestión del riesgo puede considerarse como una estrategia pública que desarrolla un gobierno que administra un estado para satisfacer una necesidad de protección ante un fenómeno adverso de un grupo de individuos, o una colectividad. Conforme a lo expresado, la gobernanza implica un marco normativo y su efectiva aplicación en el sistema social. La formulación de polÃticas públicas que atiendan las demandas sociales relacionadas a su vez, con la voluntad polÃtica. La interrelación del poder, autoridades gubernamentales, sociedad. Los intereses de los gobernantes como administradores del estado, y los intereses sociales que tienen que ver con el bien común, y el desarrollo de la dignidad humana. Además de la conformación de una red de actores coordinados jerárquicamente o no, y en la cual se promueven las alianzas estratégicas y la cohesión social. Las nuevas formas de participación polÃtica, la descentralización de las funciones administrativas centralizadas a la administración local, y la responsabilidad y rendición de cuentas. La gestión del riesgo de desastre como estrategia para la gobernanza en la protección social conlleva la gestión financiera, la incorporación del enfoque de gestión del riesgo en las polÃticas de desarrollo, y la formulación de polÃticas públicas que conlleven una gestión prospectiva, correctiva, reactiva, y compensatoria del riesgo. Conforme a esto, la gestión del riesgo como parte de la gobernanza, debe fundamentarse en la interrelación y articulación de las polÃticas públicas con las necesidades o requerimientos reales de una sociedad determinada. La implementación de una polÃtica pública para la reducción del riesgo, y evitar un desastre, conlleva un conocimiento del riesgo de desastre a través de la evaluación del riesgo presentado en el módulo dos, que conlleva a mitigar las causas de fondos que producen los desastres, y que en la mayor parte de las situaciones que se presentan está relacionado al factor de vulnerabilidad dentro del sistema social, y las estrategias de desarrollo desarticuladas de las necesidades sociales. En consecuencia, es importante en este punto considerar el conocimiento técnico, cientÃfico, de los representantes gubernamentales involucrados en los procesos de gestión del riesgo. Por otra parte, es importante que las autoridades gubernamentales o los funcionarios responsables de la formulación y ejecución de polÃticas públicas para la gestión del riesgo de desastre, propicien un clima de comunicación con la sociedad. La comunicación como un elemento fundamental en la gobernanza, requiere de un proceso de organización y planificación interinstitucional prospectiva y participativa. Se sugiere entonces, identificar los actores claves dentro y fuera de las instancias gubernamentales. Debe establecerse un mecanismo como el mapeo de actores en donde se especifique el rol de cada uno. Además se requiere de la adopción modelo de participación que puede ser comunitaria o ciudadana. Siendo el primer modelo en donde el sector gubernamental planifica, ejecuta, evalúa y corrige las acciones relacionadas a la gestión del riesgo de desastre, y la plantea ante una comunidad determinada que la acogerá o no. En tanto el segundo modelo, se refiere a la participación de todos los actores sociales incluyendo los privados, lÃderes comunitarios, las personas en riesgos, organismos no gubernamentales en todas las fases administrativas de la gestión del riesgo. Aunque liderada por el sector gubernamental, se establece una gestión horizontal, no jerárquica. Este tipo de participación democrática y con altos niveles de comunicación, se requiere de la descentralización sobre todo en el nivel local, you que es en este nivel, donde existe la mayor interrelación entre los actores y entre la eficacia y eficiencia de las polÃticas públicas. Esta forma de participación ciudadana en los temas de gestión del riesgo de desastre, permiten la toma de decisiones acertadas, y pueden asegurar la implementación de medidas de gestión por la articulación efectiva que se produce. En resumida cuenta, se refieren a la codecisión y cogestión para la reducción del riesgo de desastre, a través del cumplimiento de las normas establecidas, la aplicación de medidas correctivas, prospectiva y de transferencia del riesgo. La gobernabilidad está estrechamente relacionada a la gobernanza. Con esa capacidad que presentan los gobiernos de implementar adecuadamente las estrategias gubernamentales. La gobernabilidad es percibida en función a los avances de las polÃticas públicas y su efectividad a corto, mediano y largo plazo. Si existe una participación activa de los actores comunitarios en las acciones gubernamentales, o existe una participación ciudadana, estamos refiriéndonos a la gobernabilidad. Esta participación conlleva una actitud crÃtica y reflexiva que busca que los intereses que generen el bien común prevalezcan ante los intereses económicos que contribuyen a aumentar las vulnerabilidades de un punto determinado. Podemos referirnos a la buena gobernabilidad si por ejemplo dentro de la gestión del riesgo, existe una comunicación fluida, sin conflictos, en donde existan acuerdos, consensos, entendimientos, coordinaciones, cumplimiento de los roles de cada actor. De igual modo podemos hablar de buena gobernabilidad desde la evaluación del riesgo hasta la reconstrucción o rehabilitación de un sistema social luego de un desastre. Donde existe estabilidad y control de toda la fases de una gestión del riesgo, y en donde se hace efectiva la toma de decisiones, y las estrategias de intervención. Es asà que cuando se materializa el riesgo, es decir, ocurre un desastre, se precisan analizar y deducir qué elementos dentro del sistema de gobierno interrumpió la buena comunicación del sistema. Un desastre es un indicativo de falta de gobernabilidad y requiere una revisión oportuna con todos los actores de los procesos de gestión del riesgo, que permiten detectar o identificar los elementos detonantes que originaron el desastre. Las causas del desastre puede ser un elemento dentro de la formulación de polÃticas públicas o una carencia en el marco jurÃdico, o de cumplimiento del marco jurÃdico. También puede ser la falta de comunicación, la centralización administrativa, en fin, un sinnúmero de factores propio de los instrumentos establecidos en la gobernanza. Hasta aquà hemos identificado la función de la gobernanza y su relación con la gobernabilidad dentro de la gestión del riesgo. Asimismo, cómo su efectividad contribuye a la reducción del riesgo y a evitar que se produzca un desastre. Se resalta la articulación, la comunicación, la descentralización y la cohesión social como elementos fundamentales que se contemplan en la gobernanza y que permiten la gobernabilidad. Según el contexto donde ejerzamos nuestras funciones relacionadas a la gestión del riesgo de desastre, se podrá identificar los componentes de gobernanzas presentes o no, que debilitan la gobernabilidad y que por ende actúan como agentes detonantes que contribuyen a la existencias de los riesgos, a la aparición de nuevos riesgos, y que causan los desastres. 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